Somos pocos. Cada vez menos. La Incultura nos persigue y nos da caza. Algunos se salvan, otros no. A unos les da miedo ser atrapados, a muchos les es indiferente. Los que amamos los libros, las palabras y las metáforas somos las víctimas centrales. Así que, si te consideras un enamorado de la literatura, ten cuidado. La Incultura avanza poco a poco, introduciéndose lentamente en los pensamientos, reduciendo la capacidad de valoración a nivel artístico. Los síntomas inciales son:
-Dejadez en la lectura. -Torpeza al intentar comprender los textos. -Abandono de los relatos comenzados. -Falta de inspiración para la lírica.
Si padeces alguno de estos síntomas, ve a la biblioteca más cercana con alguien no afectado, y lee algún clásico, mejor si es poesía. Si no desaparecen los efectos, se tomará una medida radical. Reúnete con los Resistentes de tu zona, y plantéate esta pregunta:
-¿Qué significa la literatura para mí? ¿Qué me aportan los cuentos, los poemas, las novelas... que no me aporten otras cosas? ¿Por qué las palabras bellas me hacen ver el mundo de otro color?
Compañeros, respóndanse a estas cuestiones y sabrán cual es el valor de la literatura.
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