martes, 28 de abril de 2009

¡Aviso!

Aviso a las personas que me mandan correos para que publique sus textos, o simplemente por compartir alguna información u opinión. He cambiado de cuenta de correo electrónico, lo que no significa que deje de utilizar la otra, sino que la miraré con menos frecuencia. La nueva dirección es: lidia_eones@hotmail.es

Para las personas que todavía no se han animado a compartir sus textos, les invito a que lo hagan.

Un cordial saludo a todos.

Y para terminar con buen sabor, un texto de nuestra compañera Mariana Sánchez...

Estoy desayunando en la mesa. Sentada justo en el mismo lugar donde hace poco tú yacías, mirándome sentada frente a ti. Nunca olvidaré esa mirada, pues nunca sentí una igual, tus ojos traspasaban mi cuerpo, mi alma, con tanta intensidad, con tanto amor, tanta pasión.
Nunca olvidaré tus ojos, cielos, como me encantaba mirarlos y alcanzar a ver la profundidad de tus sentimientos en ellos, podía ver hasta dentro de tu alma, podía conocer lo que sin querer me ocultabas.
Nunca olvidaré tus manos, la manera en que se entrelazaban con las mías, como por accidente, la forma en que acariciaban mi rostro de una manera tan sutil y delicada, como si fuera a romperme en mil pedazos si no me tocabas con cuidado…. Y cómo adoraba cuando jugabas con mi pelo, muchas veces intentando robarme un beso….
Y tus labios, nunca olvidaré tus labios….simplemente la forma en que encajaban con los míos… era magia, se sentía como si mil fuegos artificiales explotarán en mi interior cada vez que tus labios se acercaban a los míos e imprimían en ellos la huella de nuestro amor…
Nunca olvidaré nada, no quiero hacerlo, porque fue para mí, aunque efímero, lo más dulce, puro y verdadero que pude haber sentido. Y aunque haya aparecido súbitamente, las marcas de mis sentimientos durarán por toda la eternidad.



...junto con un microrrelato que escribí con mi profesor de Prensa.

Sentado en el borde de la bañera, le dije: “llevas muerta cinco semanas, Sandra.” Era hermoso su cuerpo entre el vapor que desprendía el agua caliente.
“Iba a decirte lo mismo justo ahora”, murmuró como si hablara sola mientras se aclaraba el pelo.
Me di la vuelta. El espejo del baño no reflejó mis lágrimas.

viernes, 17 de abril de 2009

Desengaño

Bueno, de nuevo estoy aquí para dejarles una entrada llena de contenidos. Como en estas semanas pasadas no he podido dejarme caer por aquí, voy a compensarles por ello. Esta vez prometo cultivar el blog algo más, por lo menos una entrada semanal, que bien se la merecen los que me siguen leyendo. Sin más preámbulos, les voy a dejar un poema de Lope de Vega que describe lo que es el amor, un relato de Mariana Sánchez, y otro mío, que los dos hablan sobre el desengaño y la frustación amorosa. Espero que los disfruten. Saludos a tod@s.


Desmayarse, atreverse, estar furioso;
áspero, tierno, liberal, esquivo;
alentado, mortal, difunto, vivo;
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hayar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo;
anojado, valiente, fugitivo;
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que el cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


Lope de Vega




Sentimientos

Puedo sentir en mi interior la suave calidez que desborda mi corazón cada vez que está junto a ti.
Pero tu corazón yace detrás de un delgado pero impenetrable muro de acero…
Porque no lo quieres dejar sentir. No quieres que mi corazón le comparta su calor, no quieres que lo contagie de la alegría que me embarga simplemente al escuchar tu dulce voz, al sentir tus tibios labios cerca de los míos en ese instante que aunque fugaz, significa para mí una conjugación de todas las emociones aunque para ti no sea más que un tonto error que no te puedes permitir una vez más.
Como quisiera que en tus sueños me pidieras a gritos estar contigo otra vez, en cambio soy yo la que sueña, la que solo sueña que algún día te tendrá, mas el duro golpe que me doy cuando despierto y vuelvo a la realidad es el más amargo momento, y el más cruel sentimiento que puedo acoger en mi pecho.
El dolor se acumula en mi garganta, ocasionándome un nudo de ridículo tamaño que me impide decirte lo que quiero que escuches, decirte que aún te amo y que no quiero pasar un segundo más sin ti, decirte que desfallezco por estar entre tus brazos otra vez.
¡Cuanto quisiera que todo fuera tan sencillo! Decirte que te quiero y que vuelvas conmigo, decirte que borremos todo lo sucedido… pero justo en ese momento en que me armo de valor te levantas y te vas porque alguien más te llama y no puedes tardar. Y así te alejas… y me dejas sola, con los sentimientos a flor de piel y los ojos inundados de saladas lágrimas que nunca, nunca haz de ver. Cómo quisiera que tú lo supieras… si tan solo prestarás atención a lo que mis tristes ojos tratan de transmitir cuando se encuentran con los tuyos ya lo habrías averiguado. Pero nunca sucederá porque en este nuevo mundo donde decidiste vivir no soy más que aquella dulce amiga que se preocupa por ti.


Mariana Sánchez




Cada una de tus palabras desgarra mi alma con ferocidad ardiente. Cada instante quiero decirte “quiéreme, quiéreme, aunque sea falsamente, pero quiéreme”. Mi mirada te busca, mi corazón te busca. Mi mente te huye, mi cuerpo te huye. Siento como mi sangre fluye por las venas al son de tus latidos, que me hierve cuando me tocas. Amo el modo en que tus dedos se entrelazan con los míos, o cuando tu mano recorre las raíces de mi melena caoba. Amo el modo en que susurras en mi oído palabras de consuelo. Amo el modo en que me abrazas y me acomodas, el modo en que me tomas en tu regazo y me arrullas, el modo en el que simplificas los hechos hasta hacer parecer lo más complejo algo banal. Amo todo lo que haces. Te amo a ti. Te amo, pero, no sirve de nada. Porque sigo malgastando mi amor en una caricia desesperada.

Lidia Martín